Don Tobías Monar, oriundo del sector Quisacoto perteneciente al cantón San Miguel, es un personaje muy querido por quienes, durante 16 años, han apoyado el caminar de este hombre luchador, quien con coraje y determinación ha sabido superar y enfrentar los golpes de la vida.
Su existencia se desarrollaba con total normalidad, hasta que en el 2005 un extraño suceso apagó su vista para siempre, “pretexto de un viento” dice Tobías, situación que lo entristeció mucho pues la falta de su visión lo desestabilizó por cierto tiempo, 3 años específicamente. En este lapso, buscó la manera de salir adelante y aprender a desenvolverse solo.
Ingresó a la escuela de personas con discapacidad de la ciudad de Guaranda, donde aprendió a caminar y a reconocer los espacios y como trasladarse, muy difícil al principio, pero con la práctica y mucha determinación lo consiguió, para convertirse más adelante en un comerciante conocido por su historia y perseverancia.
Todos los días, Tobías emprende su viaje desde San Miguel de Bolívar hasta Guaranda especialmente, donde comercializa toda clase de artículos de aseo que traslada en su pequeña maleta para instalarse en una esquina de la conocida Plaza Roja, allí con una sonrisa, buen humor y buena actitud, ofrece al público sus productos.
El aprender a reconocer el dinero ha sido difícil, mencionó que hay quienes se aprovechan de su situación para “pasarse de vivos” y estafarle, sin embargo, sus amigos (comerciantes) velan por él y su seguridad, pues lo consideran un hombre muy valiente y guerrero.
Dentro de sus artículos de venta, cuenta con: pasta dental, cepillos, cortaúñas, papel higiénico, guilletts, candados, agujas, pilas y mucho más. Quienes lo conocen por años, le apoyan y compran, mientras que otras personas desconocen su discapacidad, tal vez por su forma de ser o “no usar gafas negras” como todos quienes han perdido la vista, relata entre risas don Tobías.
Este hombre firme y determinado, no solo se desplaza hasta Guaranda donde ya tiene su fiel clientela, también está en el cantón San Miguel todos los jueves y el domingo visita San Pablo y Chillanes. Luego de 16 años nada es imposible destacó, este trabajo que es su fuente de ingresos y supervivencia a pesar de los días malos, mantiene la esperanza, pues sus ojos se han apagado al mundo, pero su alma se ha convertido en el portal para mirar mas allá de lo cotidiano.
Porque en Bolívar nuestra gente es luchadora.
Comments