Uno de los antojos requeridos y degustados por toda persona, son y seguirán siendo las papas fritas, gastronomía popular que la podemos encontrar en cualquier lugar, pero solo algunos de estos, llegan a trascender tanto por su forma de preparación, sazón y atención, como “Las papas de Doña Luchita” en San José de Chimbo.
Hace 33 años, Luz Guamán O Doña Luchita, como muy cariñosamente la llaman todos quienes tienen el gusto de conocerla, inició el negocio con la venta exclusiva de esta comida solo en festividades que se realizaban a nivel del cantón, pero por circunstancias de la vida, su esposo sufrió un altercado en su salud y esta mujer guerrera y trabajadora decidió aventurarse a vender diariamente.
Con añoranza recuerda sus primeros sitios donde empezó a darse a conocer, el parque central fue uno de estos, aquí fue donde hizo grandes amigos y sus primeros clientes fieles, luego se ubicó en la recordada “Plaza del Dulce”, para finalmente trasladarse al patio de comidas de la localidad. Sin embargo, la pandemia obligó a cerrar los negocios de muchos emprendedores incluyendo el de Doña Luchita, pero esto no fue un impedimento para que retomara meses después, la misma actividad con más fuerza.
Su leal clientela de más de tres décadas, ha sido testigo del trabajo de la emprendedora digna de admirar, todos quienes pasan por las calles 10 de Agosto y Chimborazo, sitio donde actualmente atiende de lunes a domingo, la saludan con gran cariño y respeto, quien día a día esta dispuesta a consentir los paladares de grandes y pequeños a través de un exquisito combo que consta de papas, huevo y chorizo, o si prefieren una papipollo, o simplemente una salchipapa, aquí, hay para todos y a todo precio.
Bajo pedido, al instante, o “al vuelo” como mencionan los taxistas o cualquier conductor que llega de sorpresa al lugar para degustar las deliciosas papas, son las situaciones cotidianas con las que trabaja alegre Doña Luchita, el cariño de los chimbeños y la amabilidad de los foráneos, hacen destacable a este espacio que se mantiene a pesar de los cambios y los años, pero por supuesto, conservando la tradición desde siempre.
Porque en Bolívar, nuestra gente es emprendedora.
Comments