José Cando
- Jhoselin Peña
- 2 jun
- 2 Min. de lectura
Medio siglo endulzando la vida de Guaranda
En pleno centro de Guaranda, entre las calles 7 de Mayo y 10 de Agosto, se encuentra un personaje entrañable que ha acompañado a varias generaciones con su carretilla llena de frutas y su sonrisa inconfundible. Se trata de don José Cando, un comerciante de 72 años que lleva más de cinco décadas dedicando su vida a ofrecer frutas dulces y frescas.
Don José llegó a Bolívar siendo apenas un joven lleno de sueños. Fue uno de los pioneros en la venta de frutas en la ciudad, recorriendo las calles y vendiendo en las puertas del mercado 10 de Noviembre. Sus jornadas diarias no solo le permitieron ganarse la vida, sino también el cariño de la gente. Recuerda con gratitud a muchos amigos que le brindaron su apoyo, como el recordado Dr. Del Pozo, quien fue concejal en aquel entonces y fiel cliente suyo.

No todo ha sido fácil. Una experiencia amarga fue cuando le decomisaron toda su mercadería, pero lejos de rendirse, el espíritu trabajador de don José y la solidaridad de sus amigos lo ayudaron a salir adelante. Gracias a eso, logró establecerse en un puesto fijo, que hasta hoy permanece activo.
Desde hace más de 44 años, este guarandeño de corazón sigue presente, de lunes a jueves, ofreciendo sandías, piñas, uvas, manzanas, peras, frutillas y mucho más, todo al gusto del cliente, por tajadas o por libra. Lo hace con la misma energía de siempre, fiel a una promesa personal: “Seguiré trabajando hasta que Dios lo decida, o hasta que cumpla 100 años”, dice entre risas.

Su historia es una fiel muestra de perseverancia, humildad y amor por el trabajo. Don José diariamente también reparte alegría, palabras amables y una sonrisa a quienes se acercan a su puesto ubicado en los bajos del palacio episcopal, “Un agradecimiento a todos mis clientes quienes nunca dejan de apoyarme con una comprita” mencionó, puesto que esto ha representado el sustento de él y su familia.
Esta historia es una más de cientos que esconde nuestra provincia, personajes que han estado por años en nuestro diario vivir, muchas veces invisibles, muchas veces olvidados. Sin embargo el carisma y amor con el que siempre reciben a sus amigos y clientes, hace que nuestra memoria, los atesore en el tiempo.

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