Vicuñas del Chimborazo, símbolos de conservación y cultura andina.

Las vicuñas, animales emblemáticos de la provincia del Chimborazo en Ecuador, han encontrado un hogar próspero en la Reserva de Producción de Fauna, resguardada por el majestuoso volcán Chimborazo. Desde su llegada en 1987, provenientes de distintos países sudamericanos, su número ha florecido hasta superar los 7,600 ejemplares. Estos elegantes animales, con sus largos cuellos, se mimetizan con los pajonales del páramo y, al detectar intrusos, pueden correr a velocidades de hasta 45 kilómetros por hora.

Son guardianes del ecosistema, dispersando semillas y preservando la armonía ambiental. Su vida social es intrigante: organizados en manadas, lideradas por un macho dominante cuyo reinado puede durar hasta 15 años, demuestran una sorprendente cohesión y territorialidad.

La conservación de las vicuñas es una prioridad para las ocho comunidades indígenas circundantes, que buscan exportar sus preciadas fibras naturales, consideradas finas por su exquisita textura. A través de técnicas ancestrales, estas comunidades capturan a las vicuñas con meticulosidad para esquilar sus vellones, sin afectar su bienestar.

Las fibras de vicuña, actualmente almacenadas, representan una promesa de prosperidad para estas comunidades, así como un tributo a la nobleza y gracia de estos animales que embellecen los páramos, gracias a los esfuerzos conjuntos por su conservación.